Y es que el dar deja un espacio,
y ese espacio abre una puerta
para crear el movimiento.
Con el ritmo del latir,
que entre lo que necesitas:
y encuentras… el recibir.
Y en esta exploración que mantengo del dar y del recibir, recuerdo la importancia del espacio. Sólo el espacio permite el movimiento. Sólo vaciándonos de lo que ya no nos sirve, permitimos que la vida nos llene de energía nueva.
Y la misma materia, puede vibrar en frecuencias más altas.
En las limitaciones de nuestros conocimientos, quizás las paradojas sean las que más se acercan a la verdad que nuestras palabras no pueden describir. «Todo se transforma», como diría Jorge Drexler.
Jorge Drexler - Todo se transforma (video clip)