Querida mujer (, querido hombre)

Me llega hoy en fb (gracias Alessandra) un vídeo que conozco de hace unos meses, «querida mujer».

El video se publica desde http://consciousmen.com/. No comparto el 100% de lo que se dice ni lo expresaría de la misma forma, y el vídeo me parece demasiado extenso, pero… ¡que sí! Que me adhiero  🙂

Desde que hice mi primer curso de tantra (que erróneamente algunos identifican como «sexo sin control» 🙂 ) me resulta apasionante el descubrimiento de las dualidades de la existencia, y especialmente la «danza» entre lo masculino y lo femenino. Más allá de toda esa lucha de hombre vs. mujer (que en muchos aspectos este último siglo ha sido necesaria), está la aceptación de que los principios de lo masculino y lo femenino nos trascienden, han dirigido el universo y la existencia humana, y siguen estando presentes no sólo en nuestra relación con el sexo opuesto, sino (y quizás lo más importante) dentro de cada uno de nosotros.

Siempre he pensado que la sabiduría está en encontrar el equilibrio. En la polaridad femenina-masculino se ve claramente. El equilibrio entre nuestros dos hemisferios cerebrales, entre nuestra mente y nuestro corazón, nuestro razonamiento y nuestra intuición, nuestra dirección y nuestra creatividad…

Y en cuanto a la historia del enfrentamiento y el resentimiento de lo femenino a lo masculino del que he escrito alguna otra vez, hoy me ponía en la piel de la mujer que escucha pedir perdón al hombre, de lo femenino acogiendo el arrepentimiento de lo masculino, sin superioridad… y pensaba que qué hermosa es la paz que redescubre al corazón cuando se pone consciencia en la aceptación, el reconocimiento, el perdón humilde, la admiración por la luz de uno y de los demás.
Qué hermoso es el poder del agradecimiento.
Qué hermosa es la dualidad de lo femenino y lo masculino, existente en el universo, en nuestras relaciones, y dentro de cada uno de nosotros.

Y qué hermosa la paradoja de tanto por lo que sentimos que nos tendrían que pedir disculpas… para finalmente descubrir que… en el corazón, no hay nada que perdonar.

Querida mujer, querido hombre: el futuro de crecimiento y evolución sólo puede estar en acompañarnos y enriquecernos en el camino. Hoy más que nunca vemos que hemos elegido muchas veces un camino equivocado. Y en la dureza de la crisis está la oportunidad de cambiar la ruta.

Uno de mis maestros me dijo una vez «siente con la mente, piensa con el corazón«. Creo en la integración como camino. Nadie es más que nadie. Todo lo que es, es necesario, valioso e importante.

 

Dedicado a todas las mujeres y a todo lo femenino que hay en cada hombre.
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