Hace un par de horas he dado la mano al Lehendakari un par de veces en mi presentación de laboratorio en la inauguración del nuevo espacio de DeustoTech… y para esos momentos en los que mi crítico interno me hace sentir de menos al lado de alguien que se supone que «es más» y que ha tenido «éxito», respiro y me receto a mí mismo:
Todos somos a la vez iguales y diferentes, todos somos únicos y a la vez todos somos uno.
Soy grande, eres grande.
Desde amar y reconocer mi grandeza puedo amar y reconocer la tuya.
Todos somos corresponsables de la vida y la alegría en este mundo.
Cada uno en su papel. Mas nadie está fuera. Aunque quiera.
Para cuando me deprimen o avergüenzan las cosas que no he sabido hacer mejor, aprendo a mirar a las cosas que quiero y puedo hacer mejor desde ahora, hacia mañana.
Va por y para todas y todos 🙂
A ti, que estás leyendo esto ahora. Admiro y reconozco tu grandeza.
Un abrazo!!
No es más (ni menos) por ser lehendakari.
¿Éxito? ¡Qué difícil saber si se ha alcanzado!
El tiempo nos lo irá diciendo a cada uno.