Querid@ hij@

[Recíbelo de tus padres. Ofréceselo a tus hij@s]

Querid@ hij@,

Eres parte de mí, y sin embargo eres del mundo y de ti mism@.

Aunque a veces me notes lejos, siempre estás en mi corazón, en mis pensamientos, en mis oraciones, en mis buenos deseos de cada día.

Siento todos los errores que he cometido contigo. No poderte atender, no saberte cuidar, hacerte sentir abandonado e insuficiente. Te pido perdón por ellos, y por los que seguiré cometiendo.

Eres un alma maravillosa que he tenido el regalo de ayudar a encarnar en esta tierra. Solo eso, desde la honra a quienes me precedieron a mí, da sentido a mi vida. Sólo eso, me ayuda a poner una sonrisa cuando lo estoy pasando mal, cuando no entiendo las cosas que me pasan ni qué es lo que he hecho mal, cuando vuelvo a equivocarme…

No pierdas nunca la confianza en ti mism@. Eres grande, eres hermos@, eres una bendición.
A la vez, te animo a que no te duermas, no te acomodes, no te lo creas, no te jactes, no te refugies en el ego y en las apariencias. Tienes el gran corazón y los maravillosos mimbres, pero será un despilfarro que no lo aproveches con la humildad, el trabajo, la coherencia, la autenticidad, la reflexión, el coraje, la serenidad de cada día.

Eres herramienta de paz, de amor y de transformación en este mundo que tanto los necesita. Sé fiel a ti y no eludas tu responsabilidad.
A la vez, nunca seas demasiado dur@ contigo mism@. Lo suficiente para no conformarte, pero no seas juez@ implacable. Todos somos humanos, todos cometemos errores, todos tenemos debilidades, todos tenemos derecho a equivocarnos y a volver a levantarnos. Escucha a tu juez@ con cariño para que te ayude a mejorar, no para que te machaque. Aprende a escuchar a tu guía interior susurrándote, a veces entre las palabras de ese juez@ que te grita.

Eres un regalo para mí y un regalo para el mundo. Sé cada día también un regalo para ti mism@. Y en los momentos fáciles y en los difíciles, nunca olvides que eres parte de un Universo, de un Dios, de una Vida, que aunque te ponga a prueba, te ama tanto que te ha traído hasta aquí y te ha cuidado todo este tiempo, y te cuidará el tiempo que te queda.

Cada minuto que vives, cada cosa que usas y tienes, cada persona que conoces, es un regalo. Sé agradecido, sé generoso.

Sé consciente de tus lazos. Los lazos de la hermandad, de la amistad, del amor, son joyas preciosas que se pueden aprovechar toda la vida. Te invito a que los trabajes y cuides.

Sé consciente de tus ancestros; de las generaciones y generaciones de padres y madres que luchamos, nos esforzamos, amamos, reímos y lloramos, vivimos y morimos para acabar trayéndote a ti. Todos ellos te contemplamos y te entregamos nuestra fuerza y energía. No te humilles ante nadie; y a la vez, honra con humildad siempre a la vida. Y a los que te precedieron en ella.

Y recuerda que todo lo bueno está ya dentro de ti. La aventura que parece que está fuera, siempre acaba llevándote dentro. Eres luz, eres amor, eres coraje, eres paz.

Te quise, te quiero y te querré siempre. Y estaré aquí siempre que me necesites. Estaré en ti. Aún cuando me haya ido.

Querid@ hij@,
Gracias por tu Luz.

Ilumina 2014 con ella.

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