Con tantas personas maravillosas que hay en el mundo, ¿para qué dedicar tanto tiempo, energía y atención a las que no merecen la pena?
Elijo que mi lección a los que caminan en las sombras sea retirarme a su paso.
Elijo que mi manera de reconocer a los que caminan con bondad sea verles, y sonreír.
Elijo abrir mi corazón… y así acoger más a los que, como yo, creéis que hay mucho bueno por vivir, por compartir, por creer y por crear.