Mi Reina,
Reina del agua,
navega en mis mares,
soporta con paciencia mis tormentas,
decora mi estancia.
Mi Reina,
Reina del viento,
ayuda a mi calma,
espera cuando a veces
me quedo sin aire,
escucha mi aliento.
Mi Reina,
Reina de la tierra,
acepta mis días,
también mis noches
y mis misterios,
soporta el cimiento que
agarra mis velas.
Mi Reina,
Reina del fuego,
escucha mi canto,
incendia conmigo
la tela dorada
que nos sirve de techo.
Mi Reina del agua,
bebe de mi fuente
cuando estés sedienta.
Mi Reina del viento,
flota entre mis alas
cuando estés sin fuerzas.
Mi Reina de tierra,
déjame moldearte
cuando tú te pierdas.
Mi Reina del fuego,
te reviviré si un día
tú te sientes muerta.
Me entrego y te entregas.
Rey y Reina.
Niño y Niña.
El juego sutil de nuestras almas
entre la energía de nuestras miradas,
flotando en la magia de nuestras pieles.