Y ¿por qué tengo una web?
Me lo he preguntado muchas veces, y la respuesta va variando. Hay muchas razones… y aquí he escrito algunas.
Cuando en 1996 empecé con mi web, mucha gente me decía que si no me preocupaba «publicar» mi vida. Yo siempre sentí que sólo escribía lo que quería contar, y guardaba el resto. ¿Qué es la intimidad? Lo que cada uno reserva, protege y cuida de sí mismo. Es curioso que años después esté triunfando algo tan expuesto como facebook y el uso que muchos hacen de las redes sociales. Extimidad, un interesante nuevo concepto.
Me encanta escribir desde cierto lugar de mi interior (alma, corazón, cabeza… algún lugar que no puedo definir). Siempre he sentido que para mí tiene cierto efecto meditativo. Si a nadie le vale lo que escribo ¿qué mal hace en internet? Y si a alguien le vale ¿por qué guardarlo en mi cajón?
Si alguien quiere conocerme (lo cual es todo un piropo para mí), qué mejor manera que a través de cosas que escribo y cuento. Si es un empleador, un cobrador de impuestos o una mujer locamente enamorada (cosa habitual, como podéis imaginar, ja ja), qué más da. Si mis alumnos quieren encontrar las preguntas del próximo examen, lástima: eso sí pertenece a mi mundo privado…
Exponer lo que haces es una buena manera de no tener nada que ocultar. Aunque no busco notoriedad. Simplemente, a quien le interese o le aporte.
La manera en la que Internet está transformando nuestra sociedad es tan profunda que creo que sólo dentro de 20 o 30 años podremos analizar el alcance de su importancia. Me apetece estar dentro de esa transformación, y no solo observarla desde fuera.
Y por encima de todo: me apetece escribir, y disfruto haciéndolo. Si alguien quiere analizar si eso denota una patología psicológica y quiere enredarse analizándolo… ¡que le aproveche!
Incluir a Josuan y Ander en este proyecto ha sido algo que me apeteció siempre. Un ilusionante proyecto de la familia de tres «Eguíluz» que formamos. Ahora ya ellos mismos son los que tienen que decidir qué hacen con ello…