Entrada de 1998 (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia). Ander ya está informado de que ahora le toca a él seguir…
Soy un nene muy muy majo (tanto como mi hermano… tanto monta… monta tanto) nacido en Bilbao. Llevo un poco chungo lo de los dientes. Debe ser que mi organismo se dedica tanto a eso que todos los virus habidos y por haber me atacan por lo demás. En cualquier caso suelo estar contento de oír las tonterías que dicen los adultos todo el rato. Son muy graciosos, siempre preocupándose por tonterías y diciendo las mismas bobadas. Y usando bisílabos para todo: pipí, papá, baba… ¡luego querrán que aprenda vocabulario!
Cuando me aburro de escuchar a los adultos entonces me siento tranquilamente y me pongo a ver la tele. Eso sí, es un poco pesado porque están todo el día hablando de asesinatos y de otras estupideces que cometen (los «adultos»).
Yo no he estado en EEUU como mi hermano (aunque, la verdad, no parece acordarse mucho). Pero ni falta que me hace, ya habrá tiempo. Tengo pensado pedírselo a mis papis cuando tenga 14 o 16, y así les echo en cara que a mí no me hayan llevado y no tendrán excusa posible. Je.
No os he dicho qué hago en casa cuando me canso de ver la tele (que es muy pronto). Me lanzo al suelo, ando mucho (soy todo un experto ya, ¡qué fácil es esto de andar, con lo difícil que parecía hace unos meses!), y me dedico a ir detrás de mi hermano para jugar con sus juguetes cuando no me ve o se cansa de ellos. Los míos son un rollo, eso de las piezas que hay que encajar por formas y de los colorines. ¡Con lo divertido que es pelear con los muñecos de Batman y Spiderman de mi hermano! También me gusta conducir mi tractor, a ver cuándo mis papis me regalan algo más moderno, un deportivo o asi…
Mi otra afición preferida es ver fotos. Cojo todos los álbumes de fotos que encuentro en la sala (¿por qué mamá se enfadará tanto cuando los ve en el suelo? En la estantería no los veo bien) y los miro, al derecho o al revés, de izquierda a derecha o al revés, ¡qué pesados sóis los adultos con que hagamos las cosas de una manera fija! Con las fotos aprendo muchas cosas, por ejemplo la cantidad de personas que hay en fotos que nadie conoce. Si no me creéis probad, probad a preguntar a vuestro padre a enseñarle cualquier álbum y preguntarle para que diga quiénes son los de cada foto…
Actualmente voy a la guardería, donde aprendo muchas cosas: cómo saltar de las sillas, cómo pegarme cabezazos contra la pared, cómo hacerme chinchones sin que salga demasiada sangre, cómo coger todo tipo de virus de mis compis, artes marciales de bebé… en fin, lo típico (para eso está la guarde, ¿no?).
Aquí tenéis una foto de hace poco. Siempre me han dicho que tengo unas pestañas largas… ¿será para verte mejor?
Mi Pre-Historia
JosuAn tiene su versión de lo que pasa antes de nacer (quizás queráis leerla antes de esta). Yo os doy una más modernizada (es un carroza):
- Al principio estás en el limbo, es decir, no te empapas. Todo el mundo está en fuera de juego, la gente se pregunta ¿somos espíritus? ¿somos almas? ¿somos entes ectoplásmicos? ¿somos una rosa, somos un clavel? Total, para qué preguntarse si nadie lo descubre nunca…
- El limbo debe ser una ETT, porque te tienen leyendo currículums de padres pagando una basurilla… básicamente, las dietas de estancia y alojamiento. Y no os creáis que en hotel de cuatro estrellas… con eso de que somos entes ectoplásmicos, o como se diga, ni siquiera limpian la habitación…
- Además de ser aburridos ahora todos los padres son muy exigentes: «quiero que vengas en junio porque si no no me encaja», «hasta los 35 no se te ocurra aparecer», «no sé muy bien si quiero o no quiero»… jooo.
- Bueno, pues lo que yo leí un día es el currículum especial no de unos padres, sino de un hermano. Decía que buscaba hermano con el que poder desordenar la casa a gusto, poder repartirse las broncas; alguien a quien poder enseñar todas las diabluras que estaba aprendiendo.
- «Parece lógico. Pobre chico, allí solo», pensé. Y me decidí a bajar.
- La bajada del limbo es un alucine, chicos. Debe estar lleno de alucinógenos por todos los sitios. Hormonas, enzimas, vitaminas, en fin. Todo hasta el programa de desintoxicación final en el que te sacan de la buena vida a base de empujones (podrían hacerlo de una forma más grata, digo yo).
- Así que llegué a este mundo (¿es esto un mundo? Bueno, digamos un «lugar») con los ojos bien abiertos para verlo todo. Mi papi no se desmayó esta vez, así que estaba bastante sonrosado. A mi mami no la pude ver hasta que me dieron la vuelta.
Y así hasta ahora. Espero que pueda contaros cosas más interesantes pronto, pero es que los adultos son… taaaaaan aburridos. Y siempre de un lado para otro con cara de histéricos. Luego dicen que ser el segundo hijo está bien… ¡vaya rollo! Menos mal que con mi hermano no me aburro un momento.